Mientras Cartago era sitiada, Roma fue sorprendida por una sublevación en Macedonia y por dificultades en la liga aquea de ciudades del sur de Grecia.
En 146 (el año de la destrucción de Cartago) Roma se anexó a Macedonia como provincia, desbarató la liga aquea, destruyó completamente a Corinto y se llevó a Italia los tesoros artísticos de esta ciudad. La administración de Grecia fue entonces confiada al gobernador romano de Macedonia.