Desde el punto de vista de la política y la cultura, Herodes con justicia fue llamado "grande".
Tuvo éxito en mantener un equilibrio de lealtad a Roma en la cambiante corriente de una difícil conducción política.
Por un lado, fortaleció su reino y fomentó su prosperidad, mientras que por el otro conservó la amistad y cooperación de César Augusto. Pero junto con sus mejores cualidades estuvo dominado por celos crecientes, y su desconfianza llegó hasta el punto de dar muerte a sus parientes más cercanos y a sus mejores amigos.