1.02. Peligros para la religión judía

Los judíos repatriados durante el reinado de Artajerjes I quizá conocían las enseñanzas del zoroastrismo, puesto que ésa era la religión oficial del Imperio Persa.

Probablemente Nehemías y otros caudillos comprendieron la necesidad de tener cuidado de que el pueblo no confundiera el culto de Jehová con el de Ahuramazda (Ormuz).

Tanto los persas como los judíos creían que llegaría el día de un gran juicio, cuando el Dios de justicia vencería al adversario de todo bien, y se daría a los justos una bendita morada en condiciones diferentes a las actuales.

Los persas creían en dos espíritus opuestos - el justo Ahuramazda y el impío Ahrimán -, y los contraponían en un dualismo que tendía a igualarlos en poder.

Los judíos, con sus Sagradas Escrituras, hablaban siempre de un Dios eterno y todopoderoso, y muy poco de un adversario malo y evidentemente inferior, que había sido creado perfecto (Eze. 28: 14-19), pero que más tarde se convirtió en el autor del pecado.

EL DIOS QUE YO CONOZCO

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